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Descubre esta información sobre gatos para comprender mejor sus comportamientos y necesidades. Conoce las respuestas a tus preguntas frecuentes y algunos conocimientos detallados sobre su salud.
Los gatos son una mezcla de independencia, cariño y, a veces, un misterio. Nos roban el corazón con sus ronroneos y nos dan alegría con sus ocurrencias. Cuidar de ellos es un reto y para hacerlo es importante contar con toda la información sobre gatos que sea posible.
En este artículo del Blog de WHISKAS® vamos a hablar sobre qué hacer en caso de que tu gato presente diarrea y lo más importante: cuándo es el momento de correr al veterinario.
Los gatos, aunque fueron domesticados por el humano hace miles de años, siguen siendo unos pequeños cazadores.
Su anatomía está diseñada para la caza: tienen cuerpos flexibles, garras retráctiles, una vista excepcional en la oscuridad y un oído agudo capaz de detectar frecuencias ultrasónicas.
En cuanto a su comportamiento, son animales que valoran su independencia, pero también disfrutan de la interacción y el afecto de sus tutores.
La socialización temprana es crucial, especialmente en los gatitos, para que desarrollen un temperamento equilibrado y se adapten bien a la vida en el hogar.
Son animales que se adaptan fácilmente a su entorno y su salud, en muchos casos, depende de su alimentación: necesitan comidas cuyo ingrediente principal sea carne, debido a que son carnívoros.
El acceso a agua fresca y limpia también es muy importante. En general, los gatos toman poca agua, por lo que es importante darles alimentos húmedos que los ayuden a mantenerse hidratados y ofrecerles agua fresca y limpia en fuentes de hidratación para que estén en movimiento.
Las enfermedades de gatos son variadas y pueden afectar diferentes sistemas del cuerpo.
Las enfermedades de gatos más comunes suelen ser la leucemia felina o la inmunodeficiencia felina, y las enfermedades renales crónicas que muchas veces aparecen porque se les da solo alimentos secos y porque toman poca agua, de ahí la importancia de darles alimentos húmedos y estimularlos a hidratarse.
En general, los gatos no suelen quejarse de dolor o dar muestras de sentirse mal, por eso es súper importante que, como tutor de un gato, estés atento a su comportamiento.
Cambios en el apetito o en su nivel de actividad pueden indicarte si tu peludo tiene algún problema de salud.
El sistema digestivo de los gatos está diseñado para procesar carne. Su tracto gastrointestinal es relativamente corto, lo que les permite digerir rápidamente las proteínas y grasas animales.
Sin embargo, esta eficiencia también los hace sensibles a cambios bruscos en su alimentación, como cambiar de croquetas, por ejemplo, algo que, en muchos casos puede provocarles diarrea.
La diarrea no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de un problema. Puede variar en gravedad, desde episodios leves hasta condiciones crónicas.
Si tu gatito está pasando por un cuadro de diarrea, hay cosas que puedes hacer para ayudarlo:
1. Evalúa la gravedad y observa otros síntomas
Debes poner atención a la frecuencia de las evacuaciones, si hay sangre o si presenta mucosidad.
También es necesario que midas su deshidratación. Para hacerlo puedes pellizcar la piel de su cuello. Si tarda en volver a su posición normal, podría estar deshidratado.
2. Retira la comida
Si la diarrea es leve, tu gato está activo y no presenta otros síntomas preocupantes (como vómitos, letargo o sangre en las heces), puedes intentar un ayuno de 12 a 24 horas.
Esto le da al sistema digestivo la oportunidad de descansar y recuperarse.
Asegúrate de que siempre tenga acceso a agua fresca.
¡Importante! No le retires su alimento si tiene alguna otra enfermedad sin consultar con tu veterinario, ya que los gatos con enfermedades crónicas son más susceptibles a la hipoglucemia y la deshidratación.
3. Dale alimentos blandos
Después del ayuno, reintroduce la comida de forma gradual. Opta por una dieta blanda y fácil de digerir. Algunas opciones incluyen:
Dale porciones pequeñas varias veces al día y si la diarrea mejora, puedes empezar a mezclar gradualmente su comida habitual durante varios días hasta que vuelva a su dieta normal.
4. Asegúrate de que se hidrate
La diarrea puede provocar deshidratación rápidamente. Asegúrate de que tu gato tenga siempre a agua fresca.
Puedes ofrecerle caldo sin sal, cebolla y ajo; otra idea es darle un poco de atún enlatado en agua, para animarlo a beber.
5. Dale probióticos solo si el veterinario lo aconseja
Los probióticos específicos para gatos pueden ayudar a restaurar el equilibrio de la flora intestinal de tu gatito.
Sin embargo, lo mejor es que consultes a tu veterinario antes de administrarlos, ya que no todos los probióticos son iguales y algunos pueden no ser adecuados para la condición de tu consentido.
6. Busca atención veterinaria urgente cuando:
El veterinario realizará un examen físico completo y puede recomendar pruebas adicionales como análisis de heces (para detectar parásitos, bacterias o virus), análisis de sangre o radiografías para saber la causa de la diarrea.
El tratamiento dependerá del diagnóstico y puede incluir medicamentos para controlar la diarrea, antibióticos, antiparasitarios, fluidoterapia para la deshidratación o cambios dietéticos a largo plazo.
Si quieres saber más sobre el cuidado y bienestar o enfermedades frecuentes de gatos, navega por el Blog de WHISKAS® en donde encontrarás mucha más información.
